11 de julio de 2009

Jardín zen

Olas de arena fina que se amoldan a las piedras del camino.
Camino blanco de elegante suavidad.
Pañuelo para los sentidos, sueño en el desconsuelo.
Blanco y negro; no pienses, traza líneas en el suave mar.
Enciende las velas de la esperanza y cuando acabes, siéntelo.
Ponle un nombre que lo exprese...
porque no es la nada, es el TODO.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Te abandonas a los haikus? Así me gusta ;)

isobel dijo...

un abrazo enorme...pienso

A.Tapadinhas dijo...

Começar qualquer coisa é bom, é sinal de vitalidade...

Ainda mais, quando o espiritual é a sua razão de ser...

Beijo.
António

€_r_i_K dijo...

Besos Isa, muy bonito, relajante y sobre todo.....tuyo!!!!


que relax.....me gustó el xilofono chino.....

Tawaki dijo...

Como no me gusta repetirme en los comentarios en vez de precioso pondré encantador.

Un beso.